Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://iwanxrvq189771.creacionblog.com/38392321/revelaciones-sobre-el-cabezazo-de-zidane-a-materazzi